lunes, 12 de noviembre de 2007

Libro: "Formas zoológicas" (2006)


"formas zoológicas"
leandro piñeiro

24 páginas
 20x20 cm. 
(interior 140 gr / tapa 350 gr)
ISBN 987-05-1829-X
Impreso en Argentina
Edición del autor
Publicado en noviembre de 2006 

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"Hago fotografías para descubrir qué apariencia tendrá algo una vez convertido en fotografía. Eso es básicamente, por qué hago fotografías…Así empieza, y luego podemos dedicarnos a jugar"
Garry Winogrand
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Formas Zoológicas fue editado de manera independiente. La primera edición se terminó de imprimir en imprenta Latingráfica en el mes de noviembre de 2006.
El libro se compone de 20 fotografías realizadas entre agosto de 2001 y agosto de 2002, en el centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, durante los talleres de Idea Fotográfica y Ensayo Documental, dictados por Alberto Goldenstein y Daniel Pessah respectivamente, en el Centro Cultural Ricardo Rojas.
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Notas del libro:

A mi modo de ver, la fotografía se compone de dos momentos, el primero es elegir, esto sí, esto no; el segundo es el registro, hacer funcionar el obturador. De todo lo demás soy absolutamente inocente.
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La muchedumbre no tiene fin, y la cámara siendo parte de ella se ha vuelto invisible.
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No hay un tema en mis fotografías o, mejor dicho, el tema nace de la forma y la persigue. Sólo me alcanza con tener esa visión de la forma; una vez hecha la fotografía, la visión aparece.
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No me detengo para registrar, mi movimiento es constante. En algunos casos me he quedado quieto, pero sólo por culpa de los semáforos.
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No conozco otra manera de fotografiar que no sea la manera impetuosa, caótica y directa. Buscar en la acción y no en la quietud, quizás sea un recurso expresionista, pero no por ello azaroso y accidental.
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Con algún tiempo de práctica y varios rollos tirados a la basura, se aprende a usar el objetivo de modo tal que resulta difícil cortar una cabeza a la mitad. Hasta se puede fotografiar de espaldas. Después de todo, la fotografía es un juego; de alguna manera hay que divertirse.
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Yo veo esto y aquello, pero la cámara siempre está en otro lado, nunca a la altura de mi ojo, sino de mi rodilla. Al final es ella la que recorta.
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En el arte, para mí, todo se limita a la forma, a la apariencia. El contenido sólo puede ser simbólico.
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No puedo por más que quiero, incluir en una fotografía todo lo que aparece en mi campo visual. El uso del gran angular de 24 mm, en ese sentido, me ayuda bastante.
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A veces, se puede estar más cerca o más lejos de todo lo que pasa. Pero algo es seguro, cuanto más cerca se está, mejor. Este lugar en el espacio, me pone cara a cara con la realidad; la forma aparece completa y hasta mi sombra puede tocarla.
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El contrapicado de la cámara más el uso del gran angular, logran un efecto interesante, donde la forma se deforma. Es como dibujar un cuerpo desproporcionado, pero sólo con apretar un botón.
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En "formas zoológicas", las fotografías no cargan en sí con esa mochila narrativa; nada se resuelve en ellas. No intento contar una historia, no hay principio ni final; no hay un mensaje que necesite ser decodificado.
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A Nora y Eduardo
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Distribuye Asunto Impreso S.R.L.

Puntos de venta:
Malba - Museo Bellas Artes - Museo Sivori - Belleza y Felicidad
Ciudad Cultural Konex - Cúspide - Prometeo Palermo - Eterna Cadencia
Norte - Gandhi - Zivals - Rayo Rojo - Fedro - Notorious
Boutique del libro, San Isidro / Palermo Viejo
Fray Mocho, Mar del Plata
El Emporio Libros, Cordoba

Venta por internet:
http://www.libroslatinos.com/cgi-bin/libros/109761
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fotografías y textos
Leandro Piñeiro
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diseño gráfico
Lucas D' Amore - mássustancia
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contacto
leandromartin05@yahoo.com.ar

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FOTOGRAFÍAS



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"Formas Zoológicas" en la Fotorevista: http://www.fotorevista.com.ar/autores/Pineiro/index.htm

Presentación en Flickr:

http://www.flickr.com/photos/31271394@N07/sets/72157607917017553/show/

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La siguiente es una nota publicada en la revista Fotomundo por
ATAULFO PÉREZ AZNAR



En una serie de imágenes realizadas entre 2001 y 2002, durante los talleres que cursó en el Centro Cultural Rojas, el autor plantea su visión de la ciudad a través de un pequeño libro con 20 fotografías. El diseño gráfico es de Lucas D’Amore.

Leandro, a diferencia de otros fotógrafos, no oculta su admiración por un gran maestro y cómo éste lo ha influenciado. Se trata de Garry Winogrand, autor no tan difundido en este país. Leandro se concentró en encuadres punzantes, contrapicados y con gran angular que plantean tanto semejanzas como diferencias con la New York de Winogrand. Ambas son -y en este caso intencionalmente se refuerza- metrópolis, masivas y caóticas. Mientras en los cielos de New York la imagen se cierra en rascacielos, Leandro permite apreciar dentro del caos y vorágine la influencia europea de Buenos Aires.
Si en un trabajo parejo sólo se destacan 3 ó 4 imágenes, podríamos definirlo como logrado y, en particular, éste lo es. Pero el mayor mérito de Leandro es que asumió hasta las últimas consecuencias la responsabilidad sobre su propio trabajo: no se conformó con una muestra que posteriormente pueda "sacar de circulación", como han hecho algunos destacados fotógrafos argentinos. Leandro lo imprimió, con muy buena calidad, para hacerlo permanente.


"Formas Zoológicas" Leandro Piñeiro por Ataulfo Pérez Aznar, Revista Fotomundo Nº 462, junio 2007.
http://www.fotomundo.com/nota.php?id=619

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La siguiente es una entrevista publicada en la web
Entrevista a Leandro Piñeiro by Quinito


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Tu libro comienza con una cita de Garry Winogrand hablando sobre la fotografía y que en la última parte dice:..."Así empieza, y luego podemos dedicarnos a jugar..."¿Hasta qué punto crees que ese componente lúdico y azaroso del juego intervienen en la forma que pensaste no para las fotos sino para el libro?

Cuando era chico, corrijo, cuando era más chico que ahora, jugaba con los muñecos de play móvil, ahora juego con la hoja de contactos y con la lupa. Para descubrir el juego de la fotografía, así como lo plantea Winogrand, hay que hacer fotografías; así como para descubrir a la pintura hay que dejar que la pintura te manche la ropa y se te meta por los oídos. Cuando uno elige con que jugar, también elige como jugar. No puede haber entonces nada azaroso en el juego. Al momento de pensar un libro, editar se convierte en sinónimo de jugar; la intención en este sentido también se convierte en sinónimo de edición. La propia intención, como factor subjetivo, es la de lograr con las fotos, que lo que yo vea me resulte divertido. Me río de la gente y juego con eso, pero no es nada personal, estoy de alguna manera cumpliendo un rol social. También me divierte el hecho de poder deformar la realidad a través del punto de vista. Lo que logro con esto es la deformidad de las formas. Al abrir el libro con una mujer de labios torcidos, estoy abriendo el juego de lo que va a venir a continuación, planteando un recorrido si se quiere vertiginoso. En la Tapa, al lado del título "formas zoológicas", elijo mostrar un hombre muy particular, con características bastante particulares. El juego continúa y ya en el interior, a ese mismo hombre particular le sigue un niño envuelto en llanto, no sé si está asustado por lo que acaba de ver o sólo llora porque es arrastrado a la fuerza; no puedo decir si es una cosa u otra. Es ahí donde el espectador interviene y relaciona, se hace la película y construye el relato.
Yo no puedo limitar a las imágenes, sólo puedo hacerme cargo del punto de vista, aunque con ironía me presuma inocente del resultado en algún texto breve. De cualquier manera sería interesante que el espectador se divierta con las fotos así como yo lo hago. A mi modo de ver, el arte no debería ser una cosa seria. Hacer el libro, trabajarlo, pensarlo y darle forma, para mí fue una cosa seria, pero nunca me olvidé del juego y de la risa.


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¿Cómo crees que el poseedor de tu libro articula la serie fotográfica y la serie escrita?, Aclaremos que no tienen la función de epigrafiar nada. ¿Cómo Surgió la idea de hacerlos funcionar separados?

El espectador de fotografías esta acostumbrado a la lectura lineal de la imagen: lee la foto y lee el epígrafe, o viceversa. Es una mirada demandante. Me pareció interesante que ese lugar, el que le ofrece al espectador una red de salvataje, en mi caso fuera llenado con opiniones y descripciones que tienen la función de traducir al proceso creativo. Cabe recalcar en cuanto a los textos del libro, que lo que escribo es lo que pienso de la fotografía y del arte en general en este momento de mi recorrido por el asunto "artístico". Creo que todo lo que pueda decir una imagen en sí misma, va por fuera de lo literario explicativo. Los textos en este sentido no tienen la función de epigrafiar nada. Mí articulación es una manera de ver las cosas, una manera de pensarme a mi mismo como productor de la obra. En este sentido, creo que el poseedor del libro debería estar contento porque tiene las imágenes y tiene el conocimiento de cómo fueron hechas; entonces ya no tiene nada que entender o, mejor dicho, que entienda lo que quiera.
Por otro lado, no revelar datos del proceso de producción, en este caso, podría generar un misterio que considero innecesario para lo que quiero mostrar. Edgar Allan Poe fue partidario de esto: él mismo se mostraba interesado porque cada vez más artistas fueran capaces de hacer visible ese misterio, convirtiendo así al proceso creativo, en un proceso totalmente racional. Sólo digo que no hay nada místico en este asunto; es sólo un asunto fotográfico, nada menos.


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Mencionas a Poe y automáticamente viene la idea de muchedumbre y tus textos hablan de formar parte... están en ese lugar fronterizo pero la foto es mas egoísta que eso ¿no pudiste elegir? ¿Estás planeando otro libro o por el momento es solo sacar?

El punto de vista asumido tiene que ver con la forma de aparecer y desaparecer sin despertar sospechas. Tener un acercamiento imperceptible que no deje huellas en el medio del lugar elegido por el fotógrafo. Sólo la visión hecha fotografía. Me gusta decir que este lugar en el espacio resuelve, a mi favor y anónimamente, el acto fotográfico. El fin justifica los medios y de ahí quizás se desprende el carácter egoísta de la foto. Hay que estar dispuesto a tomar el camino que sea necesario para lograr registrar la visión de las formas. Es así como el punto de vista se convierte en un punto de vista "invisible". La cámara está a la altura de la cadera, nunca al nivel del ojo. Lo que veo, no lo veo a través del visor. En el medio y desde ese lugar, la muchedumbre no se modifica en su dinámica y la realidad permanece estancada en el lugar que me interesa que se estanque. Ahora, cuando veo la fotografía, esa imagen ya no tiene que ver con aquella realidad; se convierte en apariencia, forma, fantasía.
No hay ninguna posibilidad de registrar una postura forzada, actuada o poco natural; más allá del gesto serio que la muchedumbre lleva consigo por el medio hostil callejero. Sistema perverso si los hay, el de la foto "robada", pero como ya dije, el único medio para hacer visible esa apariencia estaba sometido a un resultado y no a otro. En la calle soy capaz de hacer lo que sea para obtener ese resultado, pero hay dos cosas que no me permito: una es pedir permiso y la otra es tomarme más de un segundo para disparar. La muchedumbre no pide permiso, no piensa, sólo reacciona, se reproduce, se mueve; ¿entonces para qué frenarla? Al final del día me voy con los rollos de TX en el bolsillo y nadie se dio cuenta.

El proceso para "formas zoológicas" tuvo una gran carga de ansiedad. Ahora estoy trabajando con tranquilidad, podría decir, en otro ensayo que también pienso editar con suerte a fin de año. Es de algún modo una continuación del primero, pero con una cuota menos realista. Sigo con las formas pero estoy componiendo más el cuadro, estoy jugando con más ganas y más libremente. En la fotografía como en la vida, me enamoro de las cosas mínimas y creo que hay algo de esto en las fotos del próximo ensayo. Mucho trabajo, un proceso complejo para un resultado simple.

"Formas Zoológicas" Entrevista a Leandro Piñeiro por Quinito, mayo/junio 2007. http://www.fideosconmanteca.blogspot.com/

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La siguiente es una nota publicada en el periódico "The Argentimes"


formas zoológicas
buenos aires through the eyes of a dog


On countless posters and in souvenir books of Buenos Aires there is a similar image. Looking down from the sky, the metropolis appears as a whole, with Av. 9 de Julio cutting a dramatic swathe through the tower blocks. Its phallic focal point, the obelisk, rises up proudly in the middle, as swarms of traffic weave around it.

The popularity of this image owes to the fact that it appears to offer a superior – total – vision of Buenos Aires. From this viewpoint the city is a unified and graspable entity, with a coherent, sure identity. Is this not, after all, the vantage point of a god looking down smugly upon its own creation?

Come down to ground level though, and things no longer seem so certain. From the eyes of the pedestrian, the city is made up of chaotic interwoven paths, strange disjointed moments and random encounters. According to French writer, Michel de Certeau, this is the level where the city is created, continuously being negotiated and pieced together like a ‘patchwork quilt’ of individual viewpoints and opinions.

It is this view of the city that Argentine photographer Leandro Piñeiro chooses to record in his photo essay ‘Formas Zoológicas’. Rather than reproducing overblown statements and stereotypes, he gives value to small encounters and chance sightings, taking covert photos of pedestrians as they walk through the Microcentro.

Walking around the commercial centre of Buenos Aires he captures the natural ‘personal conduct’ of passers-by in 2001-2002, around the time of the economic and social crisis. His metropolis is anything but grand. The viewer is disoriented and the city seems fragmented, on the brink of collapse, contrasting directly with the sureness of the god’s eye view.

The approach of the photographer himself, outlined in small quotes by the side of the photos, is that of a pedestrian, blending into the crowd as he threads his way through the streets. "I don’t stop to register, my movement is constant. In some cases I have stopped, but only because of the traffic lights," he says.

Like 1950s photographers William Klein and Robert Frank, Piñeiro privileges the informal, the ‘indecisive moment’. The photos have been snapped ‘from the hip’, literally taken from below, without even looking through the viewfinder, mimicking what the artist describes as the ‘viewpoint of a dog’. In one photo, a canine even approaches the camera on the same level, as though checking out the mating potential of another of its kind. We have entered into another world.

There is something raw and revealing – almost intrusive – about the resulting photographs, with most subjects unaware that they’re being photographed. Strangely distorted by the low camera angle and close, secret proximity of the photographer, a man in a suit yawns; a small boy cries, led along by two people, their faces out of shot. A group of women, pressed together in a horde, find something funny. Others carry slightly pained, confounded expressions and awkward postures as they go about their business. Displaying a strange mix of being alone and in a crowd, their faces are absorbed in the process of disseminating and interpreting the flow of visual information, which at times threatens to overwhelm them.

Ironically the dog seems more composed than any other of Piñeiro’s human pedestrians, who have not been given the chance to consciously pose for the camera. Some appear uncomfortable in their own skin, while others’ clothes seem not to fit properly. Perhaps, too, they carry round with them an uncomfortable, indigestible situation, at the time when the peso depreciated 75%, and unemployment skyrocketed. Each individual, after all, must have taken on these conditions and interpreted them, making their own paths through the reality that had beset the city.
By assuming a dog’s viewpoint, and snapping randomly, Piñeiro subverts the recognisable image of a famous street, calle Florida. Now it appears in snippets, with details such as shop signs and advertising boards piled haphazardly into the frame. With this approach he defamiliarises the city, emphasising the fact that it is not as easily understandable as a map might suggest.
If this informal style of photography evokes a vision which seems a little unfinished, then it is an apt way of describing the way a city is being constantly taken apart and put back together by its inhabitants. Bearing in mind the economic and social context at the time the photos were taken, this was perhaps true of Buenos Aires more than most cities.

Piñeiro takes photos of those who do not have a god-like ‘all-seeing power’. His subjects are creatures that are trapped within the city’s grasp. Rejecting a traditional sense of authorship, his method is such that even he himself cannot see the images that he is capturing, opening up to chance and chaos.

Of course, later on he edits and collates his photos, in a way which inevitably reflects something of himself, and his own concerns. But during the process of taking them, he too is a pedestrian, creating the city as he walks, absorbed in the process that De Certeau would describe as ‘writing the urban text without being able to read it’.

By KATE STANWORTH

Formas Zoológicas can be found in bookshops throughout Buenos Aires, including MALBA bookshop, Avenida Figueroa Alcorta 3415.

"Formas Zoológicas" Buenos Aires through the eyes of a dog, periódico The Argentimes, 23 de febrero de 2007, Nº 17, http://www.theargentimes.com/culture/art/formas-zoologicas-%e2%80%93-buenos-aires-through-the-eyes-of-a-dog-/?-buenos-aires-through-the-eyes-of-a-dog-/

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formas zoológicas
buenos aires a través de los ojos de un perro
traducción al español por Gena Mavuli

En innumerables posters y libros de turismo de Buenos Aires aparece una imagen en común. Mirando hacia abajo desde el cielo, la ciudad aparece entera, con la Avenida 9 de Julio cortando dramáticamente los cuadros de edificios. Con este enfoque, el obelisco emerge orgullosamente desde el medio, mientras que el caos del trafico fluye a su alrededor.

La popularidad de esta imagen se debe al hecho de que parece ofrecer una visión superior y total de Buenos Aires. Desde este punto de vista la ciudad esta unificada, se muestra tangible, con una identidad coherente y segura. No es este, después de todo, el punto de vista de un dios que mira hacia abajo engreído por su propia creación?

Bajando desde el cielo al nivel de la tierra, las cosas ya no parecen tan ciertas. Desde los ojos del peatón, la ciudad esta hecha de caóticos senderos entretejidos, momentos inconexos extraños y encuentros azarosos. De acuerdo al escritor Francés, Michel de Certeau, este es el nivel donde la ciudad es creada, siendo continuamente negociada y construida como una frazada de retazos multicolores hecha de distintos puntos de vista y opiniones.

Este es el punto de vista que, el fotógrafo Argentino Leandro Pineiro, elige registrar en su ensayo fotográfico 'Formas Zoológicas'. En lugar de reproducir declaraciones exageradas y esteriotipadas, el da valor a los pequeños encuentros y avistamientos fortuitos, tomando fotos anónimamente de peatones mientras que caminan por el Microcentro.

Recorriendo el centro comercial de Buenos Aires, el capturó la 'conducta personal' natural de los peatones que pasaban entre 2001-2002, en el tiempo de la crisis económica y social. Su metrópoli es cualquier cosa menos grandiosa. El espectador esta desorientado y la ciudad parece fragmentada, al borde del colapso, contrastando directamente con la seguridad del punto de vista de dios.

La aproximación del fotógrafo, descrita por el mismo en pequeños textos al lado de las fotos, es la de un peatón, mezclandose con la gente mientras que camina las calles a su manera. "No me detengo para registrar, mi movimiento es constante. En algunos casos me he quedado quieto, pero sólo por culpa de los semáforos." dice el.

Como los fotógrafos de 1950's William Klein y Robert Frank, Piñeiro privilegia lo informal, el 'momento indecisivo'. Las fotos han sido tomadas 'desde la cadera', literalmente desde abajo sin siquiera mirar a través del visor, imitando lo que el artista describe como el 'punto de vista de un perro'. En una foto, un perro se acerca a la cámara en el mismo nivel, como chequeando un potencial apareamiento con otro de su misma especie. Hemos entrado en otro mundo.

Hay algo crudo y revelador -casi intrusivo- sobre los resultados de las fotografías, la mayoría de los sujetos desconocen que están siendo fotografiados. Extrañamente desatendido por el ángulo bajo de la camera y la secreta aproximación del fotógrafo, un hombre en un traje bosteza; un pequeño niño llora, guiado por dos personas cuyos rostros están fuera de cuadro. Un grupo de mujeres, apretadas juntas en una horda, encuentran algo gracioso. Otros llevan expresiones de dolor, confundidos y con posturas incómodas mientras siguen sus asuntos. Mostrando un extraño compilado de lo que es estar solo y en una multitud, sus caras son absorbidas en el proceso de diseminar y interpretar el flujo de información visual, lo cual al mismo tiempo amenaza con sobrepasarlos.

Irónicamente, el perro parece estar posando más que cualquier otro de los peatones de Piñeiro, los cuales no han tenido la oportunidad de posar conscientemente para la cámara. Algunos aparecen incomodos en su propia piel, mientras que la ropa de otros parece no encajar apropiadamente. Quizás, ellos también lleven consigo una situación incómoda e inaceptable, en una etapa en la que la moneda esta devaluada en un 75% y los niveles de desempleo subieron al cielo. Cada individuo, después de todo, debe haber aceptado e interpretado estas condiciones, haciendo su propio camino en la realidad que presentaba la ciudad.

Asumiendo el punto de vista del perro y disparando azarosamente, Piñeiro subvierte la imagen reconocible de la famosa calle Florida. Ahora aparece en pedacitos, con detalles como carteles de tiendas y publicidades juntadas azarosamente dentro del cuadro. Con este acercamiento el desfamiliariza la ciudad, enfatizando el hecho de que no es tan fácilmente entendida como un mapa puede sugerir.

Si este estilo informal de fotografía evoca una visión que parece un poco incompleta, entónces es una forma apropiada de describir la forma en la cual una ciudad esta siendo constantemente desarmada y vuelta a armar por sus habitantes. Tomando en cuenta el contexto económico y social en el cual los fotos fueron tomadas, esta era posiblemente la verdadera Buenos Aires mas que otras ciudades.

Pineiro toma fotos de aquellos que no son bien parecidos, quienes no tienen el poder de dios para ver todo los elementos de la ciudad desde lejos. Sus sujetos son creaturas que están atrapadas dentro del movimiento de la ciudad. Rechazando un sentido de autor tradicional, su método es tal que nisiquiera él mismo puede ver las imágenes que está capturando, abriendole de esta manera la puerta a las posibilidades y al caos.

Por supuesto, luego el edita y organiza sus fotos de una forma que inevitablemente refleja algo de sí mismo y sus propias ideas. Pero, durante el proceso de tomar las fotos, el también es un peatón, creando la ciudad a medida que camina, absorbiendo en el proceso lo que De Certeau describiría como "escribir el texto urbano sin ser capaz de leerlo."

por KATE STANWORTH

Formas Zoologicas se encuentra en varias librerías de Buenos Aires, incluyendo la tienda del MALBA, Avenida Figueroa Alcorta 3415.

"Formas Zoológicas" Buenos Aires a través de los ojos de un perro, periódico The Argentimes, 23 de febrero de 2007, Nº 17.

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La siguiente es una recomendación hecha por Daniel Merle
para Radar/Página 12

Feria del libro de fotos de autor



Formas Zoológicas de Leandro Piñeiro

“Lo hizo Walter Evans para la revista Fortune hace sesenta años y se llamó Trabajadores Anónimos. Pero el modo que emplea Leandro Piñeiro para fotografiar la gente que sale a su paso, es todavía menos pretencioso y más casual que aquel legendario estudio del gran maestro del estilo documental. Un librito para pasarse un largo rato descubriendo detalles que a veces están más en el paisaje que en las personas.”

Daniel Merle

Fotografía, Una feria de libros para ver, Radar-Página 12, domingo 3 de agosto de 2008.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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